Si cualquier directivo de una empresa privada tardara más de tres años en aprobar sus cuentas, ni los bancos le darían crédito, ni a los accionistas les faltaría tiempo para despedir al Director General.
Si nos trasladamos a nuestro Ayuntamiento, el Director General sería la Alcaldesa, el Consejo de Administración los Concejales que integran el Pleno del Ayuntamiento, en el que tienen mayoría los que forman parte del Equipo de Gobierno, y los socios somos cada uno de los vecinos que suponemos (es 
mucho suponer) que estamos representados por los Concejales.
Pero resulta que a los socios -los vecinos- se nos niega la información de cómo va la empresa –nuestro ayuntamiento-, de que tiene déficits en sus presupuestos, de que está endeudado, de que –para salir del paso- se inflan los presupuestos. Y esas conductas, que en la empresa privada constituirían un delito, en la empresa pública –nuestro ayuntamiento- constituyen méritos para promocionar a sus responsables. Nuestra Alcaldesa, Directora General de nuestra empresa vecinal, está propuesta para puestos con mayor nivel de responsabilidad. La Comunidad de Madrid.
¿Alguien con sentido común puede entender esto?
Con “AxC” tendrás las cuentas claras, en su momento, y ninguno de sus miembros aspira a tener un puesto en la Asamblea de la Comunidad de Madrid.