Nuestro vecino más ilustre

Tumba gótica de Pedro Alfonso de Portugal (Monasterio de São João de Tarouca)

Hace unos 600 años vivió en nuestro pueblo el colmenarejano más ilustre (si por tal se tiene al de mejor linaje) que haya posado sus reales en estos pagos. Aquí tuvo su palacio y difundió el nombre de su pueblo por todo el solar patrio, porque era tal su apego a estas tierras, que lo apodaron “el de Colmenarejo”, y así ha pasado a la Historia. Hablamos del infante D. Pedro de Portugal, Señor de Colmenarejo.

Nació en 1391, y era hijo nada menos que de D. Dionisio de Portugal y nieto de Pedro I el Justiciero (o el Cruel), rey de Portugal. No hemos de confundir a este rey con su homónimo castellano, quizá menos justiciero y algo más cruel. El abuelo de nuestro ilustre predecesor debe su apodo a una venganza servida en frío. Resulta que su gran amante, la bella Inés de Castro (apodada “cuello de garza”), que era dama de compañía de su segunda esposa, se metió en política más de lo que entonces era tolerable para una mujer. Varios nobles convencieron al padre de D. Pedro, el rey Alfonso IV, para que ordenara su asesinato, lo que sucedió en 1355. El infante rompió inmediatamente relaciones con su padre, pero pronto comprendió que su venganza requería de otra estrategia más taimada. En efecto, dos años después murió el monarca y él le sucedió en el trono. Entonces mandó capturar y ajusticiar a todos los que habían participado en la muerte de su amante. Y no contento con eso, anunció que se había casado en secreto con su amada, exhumó su cadáver y, sentada en el trono junto a él, la hizo coronar Reina de Portugal. Así era el abuelo de nuestro infante Don Pedro de Portugal. La Historia, que suele ser injusta, lo ha hecho famoso por este luctuoso suceso, aunque sus méritos van en otra dirección; este monarca hizo algo que ningún rey había hecho hasta entonces: quitó privilegios a la Iglesia y la nobleza para dárselos a la burguesía.

Su nieto, “el de Colmenarejo”, se casó con Isabel Enríquez y tuvieron tres hijas, que casaron bien: Juana, Teresa e Isabel.

Poco más sabemos de nuestro ilustre personaje. ¿Dónde estuvo su palacio? Si les cuento que su linaje pertenecía a la famosa Casa de Lara, algunos ya sabrán por dónde van los tiros. Yendo hacia Valdemorillo, poco antes del pantano, a la izquierda, hay una finca llamada Casa Lara. Que sepamos no queda ningún vestigio del palacio, pero la toponimia perdura casi siempre por encima de construcciones y recuerdos. Allí estuvo la casa de los Lara, el bueno de Pedro y su esposa. Es una pena que nadie haya pensado en darle su nombre a una calle, posiblemente porque los que ponen nombres a las calles no sepan nada del Infante Don Pedro de Portugal, Señor de Colmenarejo.

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