En el momento de redactar este artículo, varios padres y madres de Colmenarejo están recogiendo firmas para pedir, una vez más, mayor atención sanitaria para sus hijos. Entre tanto, la alcaldesa y la concejal de sanidad guardan el habitual silencio; el partido que ostenta el Ministerio del Interior –PSOE- está desaparecido desde el día siguiente a las elecciones, y el partido que ostenta las competencias y máximo responsable (PP), mira a otra parte y hace mociones taurinas.
Desde el punto de vista sanitario, Colmenarejo depende de Galapagar. Esa es la principal causa del problema. Aquellos que deciden cómo se reparten los recursos destinados al área sanitaria Galapagar-Colmenarejo son parte interesada en que Galapagar salga beneficiado. Este desequilibrio empieza a ser dramático en lo concerniente al servicio de pediatría. La situación actual es la siguiente:
- Colmenarejo dispone un pediatra en horario de mañana los martes, miércoles y viernes, y en horario de tarde los lunes y jueves; en total, 22 horas y 30 minutos a la semana.
- Galapagar dispone de dos pediatras de mañana y tres pediatras de tarde, todos de lunes a viernes y en horario similar al de Colmenarejo; en total, 113 horas y 45 minutos a la semana.
Este servicio debería repartirse en función de la población –en este caso infantil- de las dos localidades. Galapagar tiene una población infantil de 6.317 niños y Colmenarejo de 1.918 niños (datos oficiales de la Comunidad de Madrid de 2010). Una simple regla de tres arroja el siguiente dato: cada niño de Galapagar dispone de un 53,4% más de tiempo de pediatra que Colmenarejo. O dicho de otra manera: Colmenarejo dispone más o menos de la mitad de recursos sanitarios de pediatría de los que le deberían corresponder por población. El desequilibrio es enorme, y explica otros datos, como el tiempo que se tarda en ambos municipios en acceder a la consulta o el ratio de niños por pediatra, que en Colmenarejo ronda las 1.800 cartillas por pediatra (93% de los niños, el resto va a la medicina privada) y en Galapagar está entre los 900 y 1.300 niños por pediatra. Tenemos que decir que la atención pediátrica en Colmenarejo (y sanitaria, en general) no es tan dramática como estas cifras indican, única y exclusivamente por el enorme esfuerzo que los profesionales están realizando, muy por encima de sus obligaciones contractuales, y porque muchos padres optan por acudir a la consulta directamente a Galapagar, que además dispone de cita previa telefónica y online (en Colmenarejo simplemente es imposible hablar con el ambulatorio).
Estos son los datos, y los responsables son, por este orden, la Consejería de Sanidad y el Ayuntamiento de Colmenarejo. Un gobierno de ALTERNATIVA por Colmenarejo no se iba a quedar viendo este lamentable panorama. No tendremos competencias directas sobre la sanidad, pero tenemos boca, piernas y brazos para sacarle los colores al consejero de sanidad y acampar, si hace falta, a la puerta de su despacho hasta que solucione el problema. Un alcalde de AxC no va a bajar a Madrid a interesarse por los negocios particulares de Mercadona y los constructores locales, pero sí va a exigir la independencia sanitaria de Colmenarejo, habida cuenta de que el sistema impuesto por la Comunidad de Madrid es a todas luces injusto e ineficaz. Y los vecinos estarán dispuestos a ayudarle en su propósito. No es esta la única deficiencia de la sanidad en Colmenarejo; en nuestro programa detallaremos nuestro programa sanitario, pero sí podemos adelantar que la solución a nuestros problemas no pasan por construir nuevos edificios: es el personal sanitario y no los vestíbulos, aparcamientos y grandes salas quienes atienden a los ciudadanos enfermos.