La seguridad: un derecho constitucional

La alcaldesa nos oculta la verdad acerca de la seguridad en Colmenarejo. Si es incapaz de protegernos, al menos, que nos avise del peligro que corremos. Pero claro, no puede mencionar el alto grado de inseguridad en Colmenarejo sin reconocer su responsabilidad en ello. Para que ella se salve, los demás tenemos que condenarnos.

El primer paso para solucionar un problema es hablar de él. Pero para nuestros gobernantes la inseguridad es un tema tabú, no existe. Y cuando se deciden a hablar es para decirnos que lo que vemos a diario en la calle no es verdad; que nuestros amigos y vecinos que nos cuentan que les han robado, nos están mintiendo; que si encontramos la casa revuelta y faltan los ordenadores es que no recordamos dónde los hemos puesto. Para ellos Colmenarejo es el pueblo más seguro de la sierra. Negar la evidencia es de necios, pero negarla en algo tan sensible es, además, temerario. No hace mucho, preparando las elecciones y su desembarco en la Asamblea de Madrid, la Sra. alcaldesa constituyó la Junta de Seguridad Local (propuesta por AxC hace más de un año), un ente que, como todos los entes, tiene una utilidad que depende de la voluntad de quienes lo constituyen. Y en este caso, la Sra. alcaldesa ha dejado muy claro con su conducta reiterada de muchos años que la seguridad de los ciudadanos le trae totalmente sin cuidado. Y así nos lo demuestra día a día.

El fin de semana en que se ha escrito esto (11-13 febrero) se han desvalijado al menos 3 chalets. Los robos en comercios y hostelería son constantes y se perpetran durante la noche, no por nada, sino porque el resto del día hay gente dentro. Pero también han robado en pleno horario comercial. Los robos a viviendas se suelen cometer el día, a la hora de llevar los niños al colegio, salir a trabajar o ir de compras. En ocasiones se hacen en cadena, mediante un procedimiento casi industrial: mientras varias cuadrillas coordinadas van desvalijando las viviendas de una calle, una furgoneta va recogiendo el material.

Los que quieran exhibir argumentos xenófobos contra la inmigración lo tienen crudo: los autóctonos están en casi todos los “fregaos”, lo que no quiere decir que no participen delincuentes de otras nacionalidades, que lo hacen. Tenemos bandas de adolescentes descerebrados, algunos de muy buena familia; grupos “étnicos”, familias enteras dedicadas al delito… Unos entran en la cárcel y dejamos de verlos una temporada; otros se cambian de pueblo cuando están ya muy “vistos”, pero su nicho ecológico es inmediatamente ocupado por los que han hecho lo mismo en otros pueblos. En fin, que como diría la Sra. alcaldesa, tenemos el pueblo más seguro de la sierra, pero con un elevado índice de delitos.

Eso sí, por fortuna no son violentos, porque saben que el robo con violencia es cárcel segura, y para qué arriesgarse si se puede robar a plena luz del día cuando el domicilio está vacío. Pero una circunstancia desafortunada puede cambiar esta tendencia.

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