ALTERNATIVA por Colmenarejo quiere hacer pública su posición frente a las distintas iniciativas para la formación de gobierno municipal que se están produciendo tras las elecciones locales.
AxC ha utilizado la campaña electoral para aquello que debería ser su finalidad: dar a conocer su programa, explicar por qué su opción es mejor que la de otros e informar al electorado de todas aquellas cuestiones que, en nuestra opinión, son necesarias para emitir el voto informada y responsablemente. Una de estas cuestiones –no menor- es avanzar cuál sería la postura de AxC respecto a posibles pactos de gobierno. Y así lo hemos hecho. Citaremos solo aquello que ha quedado escrito, aunque en varios actos públicos, antes y durante la campaña, se dijera lo mismo:
- La Información (mayo 2011). Entrevista a nuestro candidato, Antonio Sánchez: No es lo mismo pactar teniendo unos concejales que teniendo la alcaldía. En el primer caso podemos anticipar que va a ser prácticamente imposible pactar con la gran mayoría de partidos.
- Programa electoral. En la portada, subrayado en rojo y en negrita, se puede leer: Para AxC el programa electoral es un contrato. Solo accederemos al gobierno municipal si tenemos la seguridad de poderlo cumplir.
Este ha sido el compromiso con el que nos hemos presentado ante los electores. Podríamos cambiarlo, por supuesto, como ahora parecen estar dispuestos a hacer otros. Podríamos entrar a formar parte de un tetrapartito, como se nos ha propuesto, omitiendo las diferencias ideológicas, programáticas e incluso el talante y trayectoria de los líderes de alguno de estos partidos. Así, el Partido Popular –que ha rozado la mayoría absoluta- quedaría fuera del gobierno municipal. Lo hemos dicho claramente (hemos sido los únicos): el PP no se merece el resultado que ha obtenido, porque su trayectoria en la oposición durante los últimos 11 años ha sido lamentable. Pero lo que cuenta en una democracia no es nuestro juicio, sino el de los electores.
AxC ha acudido a cuantas reuniones han sido convocadas en estos días: con el Partido Popular el día 27 por la mañana; con el PSOE el día 29 y con VICO el día 30, y en todas ellas y con meridiana claridad hemos expresado nuestra intención de propiciar una oposición leal y coordinada, negándonos a participar en operaciones que ya parecían contar con el visto bueno del resto de partidos minoritarios.
Es evidente que un gobierno tetrapartito de VICO, PSOE, IU y AxC sería un fracaso aún más clamoroso de lo que ha sido el tripartito saliente. Pero también es evidente que estos cuatro partidos juntos tenemos mayoría para poder controlar posibles excesos del Partido Popular y poder hacer una oposición firme y constructiva, que arrime el hombro para conseguir aquellas mejoras que nuestro pueblo necesita imperiosamente y fiscalice la acción de gobierno, como es nuestra obligación y como apenas sí se ha hecho en legislaturas precedentes. Alguno de estos partidos, sin embargo, ni siquiera es capaz de hablar directamente con nosotros y nos envía sus “recados” a través de bulos e injurias propagados anónimamente. ¿Esta es su manera de propiciar la lealtad imprescindible para que un gobierno de coalición haga algo más que el ridículo?
AxC no puede apoyar ninguna coalición cuyos partidos no han demostrado respetar los principios básicos que nos han llevado a presentarnos a las elecciones, especialmente la coherencia y la ética políticas. En campaña electoral hemos escuchado a líderes del tripartito saliente justificar el incumplimiento de sus programas en el escaso peso de sus concejales en el gobierno de la Sra. Peces-Barba. Y solo dos semanas después y con un peso proporcionalmente mucho menor, tratan de convencernos de lo beneficioso que sería para todos un gobierno de cuatro partidos, tras haber sido calificados desde IU como “partiditos de la derecha neoliberal”.
No es AxC quien va a impedir que en Colmenarejo gobierne una coalición de izquierdas; en primer lugar porque en esta hipotética coalición hay partidos que no son de izquierdas; en segundo lugar, porque hay candidatos que no son de izquierdas y en tercer lugar porque la victoria de la derecha en Colmenarejo es una consecuencia directa de estas extrañas maniobras que la mayoría de ciudadanos no puede entender.
Colmenarejo no es un experimento político; es un pueblo machacado por la incompetencia, el caciquismo, los intereses personales y la soberbia de muchos años de mala política. El pueblo ha hablado, y parece que una vez más los políticos no hemos sabido entender el mensaje. El Partido Popular no ha obtenido la mayoría absoluta, al contrario que en la mayoría de localidades de la comarca. Si quiere sacar adelante sus propuestas necesitará, a su vez, apoyar las de otros; habrá que dialogar y consensuar. Por nuestra parte, los partidos de la oposición tendremos una oportunidad inmejorable de aprender a trabajar juntos para impulsar propuestas comunes y mostrar a los vecinos que los intereses de la gente están por encima de los nuestros. Si todos ponemos el punto de mira en la política -con mayúsculas- y en el ciudadano, Colmenarejo saldrá ganando. Por el contrario, aquellos que antepongan sus intereses particulares o de partido a los de Colmenarejo, serán juzgados en las urnas con tanta o más severidad con la que han sido juzgados en estas elecciones, hayan gobernado o hayan estado en la oposición.