En un nuevo taller online, contamos con la participación de Mónica Gómez, que lleva 20 años trabajando por el Comercio Justo en la ONG SETEM y que conoce de primera mano cooperativas de diferentes países del Sur; y de Rafa González, que junto a su hermano montaron la cooperativa de Suerte Ampanera hace 25 años, donde producen quesos y yogures con criterios de ganadería ecológica.
Mónica explicó el origen del Comercio Justo hace casi 60 años a raíz de una demanda de los productores que reclamaban “Comercio justo, no ayudas”, desarrollando los criterios entre los que destacan garantizar unos salarios justos, unas condiciones de trabajo dignas, no explotación infantil, igualdad entre hombres y mujeres, respeto al medio ambiente, funcionamiento democrático, relación comercial a largo plazo, pago de una parte del precio por adelantado, destino de los beneficios a mejoras sociales, productos de calidad, información al consumidor, entre otros.
Se trata, por tanto, de un enfoque integral, vinculado a la movilización y la incidencia política promoviendo campañas para lograr unas condiciones de trabajo dignas para todos los trabajadores y trabajadoras, como la Campaña Ropa Limpia, que lidera SETEM. Aportó datos sobre los 152 millones de niños que son obligados a trabajar en el mundo y cómo se perpetúa, a través del comercio tradicional, el “círculo de la pobreza” que pasa de una generación a otra. Expuso como ejemplo las mejoras sociales de varias cooperativas en Palestina, Ghana, Uganda o Nicaragua, así como la problemática para los productores de las oscilaciones del precio de un producto como el café en el mercado tradicional por la especulación financiera.
Por su parte, Rafa contó cómo fueron los comienzos en 1997 con un pequeño proyecto de 100 cabras en 100 Ha en Colmenar Viejo con certificación de ganadería ecológica desde entonces. Un proyecto de ganadería extensiva que a fecha de hoy cuenta con 25 personas trabajando y un rebaño de 2.600 cabras gracias al alquiler de nuevas fincas para hacer una rotación de pastos y evitar la degradación del arbolado. Producen yogures y quesos en su propia quesería, que distribuyen un 85% en la Comunidad de Madrid, promoviendo el consumo local. Ese aumento de la demanda puede generar el problema de desvirtuar los principios de producción ecológica y algunos países han tratado, sin lograrlo, de flexibilizar la regulación a nivel europeo, lo que supondría un empeoramiento para el bienestar animal. También planteó las dificultades de producir en ecológico, con una alimentación sana del ganado, con pasto y pienso de maíz certificado procedente de Zamora -promoviendo el desarrollo de economía de la España vaciada- y no a base de maíz o soja transgénica procedente de EEUU como en el comercio tradicional. Destacó finalmente la obtención de diferentes premios obtenidos por sus quesos (Premio en 2011 al mejor queso de España en 2015 Medalla de Oro en el Salón del Gourmet,entre otros).
Después se abrió un debate donde las asistentes preguntaron por la forma de adquirir los productos. Mónica indicó que, además de la tienda en Madrid, en C/ Gaztambide, 50), existe la posibilidad de hacer pedidos a través de la tienda online donde con pedido mínimo de 55€ se recibe en domicilio en menos de tres días. Por su parte, Suerte Ampanera distribuye sus productos en diferentes puntos de venta (Economato Macabeo en Villalba, diferentes herbolarios y supermercados con venta de productos ecológicos), pudiendo visitar la cooperativa a través de la web sierradelguadarrama.com
Respecto al precio de los productos, ambos coincidían en que los métodos de producción desde los criterios de respeto medioambiental, de garantía de derechos sociales y siendo productos de mayor calidad, hacían que el precio fuese algo superior. Aunque tal vez nos deberíamos plantear “¿Por qué son tan baratos los precios de los productos convencionales?”. Y desde ahí valorar si a la hora de consumir priorizamos solo el aspecto económico o nos planteamos tener en cuenta la alimentación sana, el tratamiento y el bienestar animal en el caso de la ganadería ecológica y las garantías de salario y trabajo digno y sin explotación infantil que garantiza el Comercio Justo.
Toda una experiencia de cómo podemos modificar nuestros hábitos de consumo para lograr mayores cambios a escala global.
Agradecemos finalmente tanto a los ponentes como a las personas asistentes su participación, invitando a apostar por otro modelo de consumo más justo y sostenible.