La rotonda del Centro de Salud ha costado 450.000 euros.
Está mejor que estaba, no cabe duda. Lo que hay que preguntarse es si era necesario gastarse tantísimo dinero y si no había otras obras públicas más necesarias. Por ejemplo, terminar de una vez la calle Sevillano, o asfaltar hasta Los Escoriales, o arreglar los mil baches y parches chapuceros que encontramos por doquier, o mejorar la iluminación en ciertos parques y espacios que se están convirtiendo en guetos, o instalar la marquesina que llevan años reclamando los padres y madres de Las Veredas, o dotar al Colegio Seis de diciembre de un gimnasio en condiciones, o ensanchar las aceras de la calle Madrid y otras vías comerciales… o todo a la vez, porque 450.000 euros bien empleados dan para bastante.
El Ayuntamiento ha preferido hacer esto y hecho está. Pero no está bien. Una vez más nos encontramos con el eterno problema de las obras públicas de este pueblo: nadie se mira los proyectos y presupuestos antes de darlos por buenos. Tenemos la densidad más alta de concejales-constructores de la Comunidad de Madrid y sufrimos las obras más chapuceras imaginables.
Entre los errores de bulto, gordos, podemos citar ambas paradas de autobús. Una de ellas sigue cortando el tráfico cada vez que el bus para. Hay espacio de sobra para haber ganado el medio metro necesario para permitir el paso simultáneo de coches, pero parece que nadie se ha dado cuenta.
La parada del otro sentido está situada de forma que bloquea por completo la visibilidad de los coches que llegan desde las calles Maravillas y Molino. En caso de pretender girar hacia estas calles, el coche en cuestión se las verá canutas, porque al girar inevitablemente invade el carril contrario. Si no hay autobús parado, las cosas tampoco mejoran mucho: se sigue invadiendo el carril contrario porque a pesar de ser un giro permitido se ha diseñado la esquina de giro como si no lo fuera, en un ángulo agudo totalmente injustificado.
Entre las CHAPUZAS y ERRORES menores (que no lo son en una obra de este coste) hay varios, algunos grotescos. Lo mejor es ver el ÁLBUM FOTOGRÁFICO.
Sin algo de sentido del humor va a ser difícil abordar este asunto. Lo nuevo de esta rotonda son varios árboles, arbustos y plantas, tres o cuatro bolos de granito (o esculturas, cualquiera sabe), un solado más caro en las aceras y otro rompe-tacones en las plazas de aparcamiento…
La única mejora significativa es la ampliación de aceras, aunque en muchos casos el mobiliario urbano impide que se respete ese metro libre de obstáculos que establece la legislación.